Todos alguna vez hemos confundido la palabra Disciplina con un castigo, sanción, corrección, reprimenda entre otros…
También suele confundirse con un golpe, cinchazo incluso un “chancletazo”.
Cómo adultos debemos diferenciar que, la Disciplina se refiere a un conjunto de reglas de comportamiento para mantener el orden. (Recordemos las disciplinas deportivas).
¿Qué es la disciplina Positiva?
La disciplina positiva enseña a los adultos a utilizar amabilidad y firmeza al mismo tiempo, para cambiar una conducta negativa.
En nuestra niñez solíamos escuchar frases como:
• Lo haces porque yo lo digo.
• Porque si y punto.
• Tu trabajo es obedecer.
La disciplina positiva es una corriente educativa iniciada por la psicóloga Jane Nelsen (Psicóloga y educadora) que defiende que la clave de la educación no reside en el castigo, sino en el respeto entre las personas.
“Los niños no aprenderán a ser responsables si los adultos siguen haciendo por ellos lo que ellos pueden hacer por sí mismos”
Planteemos la siguiente situación:
Mi hijo/a trae nota de mal comportamiento en clase.
DISCIPLINA TRADICIONAL: El padre reacciona de forma impulsiva a la nota, no pregunta que paso, que ocurrió, sólo va ejerce el castigo (a veces físico o restringe algunos privilegios) y suele usar “el sermón” para escarmentar a su hijo, y solo responde a la maestra: Ya se hizo algo en casa, gracias.
DISCIPLINA POSITIVA: El Padre “investiga” y pregunta a la maestra que ocurrió, antes de escuchar la versión de su hijo, deja que su hijo se “confiese” sobre el por qué ocurrió, haciendo reflexionar a su hijo sobre su conducta y consecuencias. Responde a la maestra: Le agradezco la guía que ofrece a mi hijo, no dude informarme sobre su conducta para apoyarla desde aquí.
Debemos tener presente que la base de la disciplina esta en casa, los maestros sólo moldean lo que aprendió, pero se rigen por un reglamento o manual.
Algunos de los tips que debemos tomar en cuenta son:
Disciplina en casa:
• Debo comprender que hay detrás de una conducta negativa.
• Controlarnos a nosotros mismos en lugar de querer controlar a mi hijo.
• Apartar tiempo diario de calidad.
• Tratar de comprender la edad de mi hijo y sus gustos.
• Delegar responsabilidades adecuadas a su edad.
Disciplina Escolar:
• Elabora un horario de tareas en casa.
• Mantener un contacto cordial y comprensivo con los maestros.
• Mantenerme al tanto de actividades y tareas de clases.
• Acepte consejos para mejorar aspectos conductuales.
• Participa de manera activa en la educación NO SOLO MONETARIA.
La Biblia nos exhorta
Proverbios 3:11-12 (NVI)
Hijo mío, no desprecies la disciplina del Señor, ni te ofendas por sus reprensiones. Porque el Señor disciplina a los que ama, como corrige un padre a su hijo querido.
Dios nos dice que debemos de reconocer que la disciplina es parte del amor y que nos ayudará en el futuro.
Autora: Licda. Cristina Pineda
Excelente información.